Una palabra, mil sentidos.

 ¡Hola lectores! Una nueva nota nos reúne para hablar de un disparador tan importante y necesario como es “la palabra”, la cual nos permite expresarnos, transmitir, decir lo que pensamos, formular preguntas y apreciar que le sucede a otra persona. También las usamos para afinar nuestras percepciones, escuchar los puntos de vista de los demás, compartir hipótesis, entretejer hechos hasta convertirlos en relatos, dar testimonios e incluso comprendemos mejor lo que pensamos cuando nos escuchamos decirlo. 

La palabra es como una semilla, cuando le damos sentido, le damos vida; forma parte de cada uno de los seres humanos y tiene un poder significativo en la vida de cada uno, con una simpleza que puede cambiar el estado de ánimo de una persona. Puede ayudar a encontrar un lugar en un momento de desesperación, puede ser el puñal o el motor de ese corazón enamorado, si le damos una dirección particular. Va más allá de una estructura técnica, en ella se puede ver lo que realmente siente la persona que se expresa, nos permite ver más de las sensaciones, porque el hecho de hacer su uso correcto puede transportarnos a lugares donde el cuerpo no puede.
En diversas ocasiones, aceptamos muy fácilmente las palabras como se nos presenta desde esa primera lectura, pero jamás investigamos más de las sensaciones que evocan influyendo en nuestra reacción.
 Hay algunas que existen en el diccionario, pero no hacemos uso por no saber emplearlas, hay otras que nos inventamos para poder seguir motivados, otras que tienen un significado poderoso o le damos uno tan auténtico para cada una, las que nos encontramos en momentos inadecuados y lastiman o hieren sin tener la intención y esas que no dicen nada, solo se escriben sin sentido.
La palabra toma identidad a medida que creemos en lo que contiene y es ahí donde existe uno de los problemas de la sociedad; y explica porqué nos cuesta tanto trabajo entender o definir conceptos como la vida, la muerte, la eternidad. Esto se debe a que a la palabra se le escapa parte de la totalidad de su sentido, ¡no es una cosa!  
Desde el recorrido de esta formación y para nuestro futuro de la profesión se ha tratado de ver más allá de la palabra, es decir, que es lo que hay en ella, detrás de ella y después de tal; buscando esa identidad. Un gran recurso, que, por medio de su uso, pudimos darle una utilidad distinta en cada situación y como futuros profesionales de la salud tenemos el propósito de darle aún más sentido para poder acompañar, calmar, aliviar, educar, ayudar y seguir buscando que hay detrás de cada palabra del paciente. 
En este momento… ¿Qué palabra te define?... ¡Anímate a compartirla con nosotros!


“Por amor a la profesión y, sobre todo, siempre con empatía y compasión”

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