GENERANDO VÍNCULOS CON LA COMUNICACIÓN.


¡¡Hola!!! Buenos días, queridísimos lectores. En esta nota queremos plasmar un tema importantísimo en materia de lo que es Enfermería: La comunicación; hablaremos, también, de un aspecto fundamental para que dicha comunicación sea efectiva y eficaz.


El proceso de la comunicación es utilizado tanto en nuestra vida personal como en la laboral, pero en esta oportunidad, vamos a centrarnos en la comunicación en salud, la cual consta de compartir un mensaje relacionado con algún aspecto de la salud, en un mismo lenguaje de sentimiento y pensamiento, con palabras claras y adecuadas a nuestro receptor, teniendo en consideración su edad, nivel de instrucción, capacidad auditiva, idioma, etc.


Ahora bien, en la comunicación hay un emisor y un receptor que pueden compartir el mismo código lingüístico o no, pero, para lograr tener una buena comunicación y generar vínculos, no basta solamente con dar el mensaje con voz clara y entendible, y en un mismo código lingüístico, sino que debemos recurrir a un estilo de comunicación asertivo.


Este método es sumamente importante en enfermería a la hora de recolectar datos, ya sea de un paciente o de su entorno familiar, dado que, mediante éste el profesional de la salud logrará establecer un vínculo de confianza con el interlocutor y podrá de esa manera recolectar mayor información y conocer más en detalle lo que la persona necesita para brindar así una atención de calidad y que satisfaga sus necesidades.


Es fundamental saber emplear determinados aspectos tales como, el tono y volumen de la voz que se utiliza: debemos asegurarnos de no emplear un volumen demasiado alto ya que puede ser interpretado como enojo o represión, ni tampoco uno demasiado bajo que pueda entenderse como timidez, vergüenza o hasta desinterés; la velocidad del habla debe ser la adecuada (no demasiado lento ni muy acelerada ya que puede dificultar la comprensión del mensaje); debemos cuidar la posición corporal que se adopta, no invadir el espacio personal del paciente, pero tampoco alejarnos demasiado; la postura debe ser recta ya que transmitirá nuestro estado anímico/ emocional, una postura rígida o demasiado firme denotará enojo, y una encorvada o demasiado ligera demostrará desgano, tristeza o apatía; la utilización de gestos y ademanes, el contacto visual es de vital importancia, la utilización de pausas, el dar los tiempos necesarios para que pueda responder y, por supuesto, hacer un uso correcto de los tiempos de habla: asegurarnos de no hacer un monólogo.


Así cada paciente se siente acompañado y seguro, durante el proceso de internación.


Pero aún así, al dominar todos estos aspectos no es suficiente… Para lograr nuestro objetivo, debemos primeramente ejercer el autocontrol y autoconocimiento de nuestras propias emociones y gestionarlas:


Cada palabra que el personal de salud emplea, debe hacerlo con una comunicación asertiva, sin caer en la agresividad, sin sacar nuestras propias conclusiones, siempre de manera positiva y respetuosa para lograr así un ambiente distendido y de confianza, que resultará sumamente beneficios











A modo de cierre, queremos expresar que si todo se combina armónicamente se generará un ambiente ameno, donde la persona sienta y sepa que no se la juzga, sino por el contrario, note que se la acompaña y comprende con empatía, cordialidad y amabilidad, y que esta comunicación sea entendible y positiva para ambos.


Por amor a la profesión, pero siempre con empatía y compasión.


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