Emociones que se encuentran, dentro del Cáncer de mama.

 








Buen día queridos lectores, en esta ocasión abordaremos el tema relacionado con cáncer de mama, está patología acarrea consigo una variedad de afectaciones tanto física como emocional.
En la actualidad el cáncer de mama tiene una prevalencia elevada en nuestra población, afectando más a mujeres que hombres, indica el “instituto nacional del cáncer” en Argentina.
Éste se da cuando las células de la mama proliferan incontrolablemente. El cáncer varía dependiendo de la célula afectada y de las personas, ya que cada organismo es diferente.
Ante la inesperada noticia, el paciente tiene grandes cambios en su vida, obligando a postergar por un tiempo  sus planes o rutinas diarias que habitualmente realiza; para comenzar algo que no esperaba, algo que lo desconcertó por completo. Ellos se encuentran con miles de pensamientos; frente a varios especialistas, cada uno con sus puntos de vista distintos, y las diversas pruebas rutinarias, sus tratamientos necesarios y todos terminando en un mismo diagnóstico.
Entre muchas otras, los pacientes se preguntan constantemente ¿Por qué a mí? ¿Qué hice mal?
¡No puede ser cierto, esto no me puede estar pasando a mí!
Y cuántas cosas más pasarán por ellos.
De a poco la familia y amigos van conociendo su situación y más de una le dice, ¡No vas a estar sola!  ¡Sos fuerte! ¡Vos podes!
Pero ellos  están ahí con esa sensación de  abatimiento en dónde  se encuentran queriendo estar solos y a la vez necesitando que alguien los abracé y les diga, que todo va a pasar; siempre debemos pensar en lo que el otro necesita, cuándo y de qué manera. Nunca debemos presionar, ni incomodar al paciente; se le debe dar su lugar, su tiempo de proceso para que pueda asimilar y aceptar su situación. En estos casos la empatía es muy importante.  Debemos escuchar, dejarlos desahogarse y darle el tiempo para aceptar   este nuevo camino que comienza a recorrer, ese camino lleno de incertidumbre, inseguridad, miedos y esa sensación de "Ya ni siquiera soy dueño de mí propio cuerpo"...
Una vez  terminado el tratamiento, dónde parece que la tormenta terminó; después de muchos estudios, las rutinarias visitas a distintos especialistas en dónde el paciente se encuentra solo, desolado, sin apoyo ni contención, esté es el momento en dónde enfermería debe estar presente, es muy importante no dejar de brindar atención a los pacientes de manera brusca, esto es un proceso de acompañamiento el cuál se va dando de manera evolutiva.
Ayudar durante el proceso como enfermeros.
*Educar al  paciente en cuanto a la identificación de sus emociones y tratar de entender que le transmiten.
*Que pueda enfocarse en cada etapa y en cada una proponerse metas cortas..
*Enseñarle la importancia de continuar, dentro de lo posible con las actividades y proyectos, que sean de su gusto y gratificantes para su salud.
*Se les debe brindar apoyo y contención emocional, ya que ellos lo necesitan para poder afrontar su diagnóstico y tratamiento.
*Estos cuidados también se les deben brindar a sus allegados ya que ellos también se ven afectados y abatidos.
Como cierre de esta nota les queremos compartir, cómo educar en enfermería, acerca de uno de los pilares más importantes para la detección del cáncer de mama, el autoexamen.
Este procedimiento se debe realizar en casa, una vez al mes, después de una semana de la menstruación,  para lograr detectar cambios o problemas en el tejido mamario. En las mujeres que presentan menopausia se puede elegir un día al mes y repetirlo todos los meses.
Cómo primer paso se le va a indicar al paciente, que debe relajar los brazos y posicionarlos al costado del cuerpo, de esta manera se podrá valorar si la piel tiene hoyuelos, está rugosa, presenta enrojecimiento o algún signo de alarma;
Luego, se repetirá los mismos pasos,  pero con los brazos levantados, se  realiza una vez más, pero con los brazos posicionados en la cintura y contrayendo los músculos del pecho.
Además, debemos indicar al paciente que debe colocar la mama, llevando el brazo del lado del seno a examinar detrás de la cabeza, y con la otra mano palpar de afuera hacia dentro e inspeccionar de manera horizontal desde el tórax y las costillas hacia el pezón y la zona que lo rodea.
Y por último,  repetir el paso anterior con el brazo posicionado al costado del cuerpo y palpar la axila completa con el brazo detrás de la cabeza para detectar posibles nódulos o bultos. Apretando suavemente el pezón con el dedo índice y  pulgar; y observar si se produce alguna secreción de líquido.
Se le explicará que debe realizar el mismo procedimiento, con la otra mama.
Al llevar a cabo, dichas técnicas,  no vamos a prevenir está enfermedad, pero si la podemos detectar de manera  temprana lo cuál nos permitirá, transitar de una mejor manera.
 Debemos tomar conciencia y cuidar nuestra salud, aprovechar al máximo, todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance para  lograr el goce máximo de nuestro bienestar.
 
 
“Por amor a la profesión y, sobre todo, siempre con empatía y compasión”

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