COLORES QUE SALVAN
Buenos días queridos lectores!!!
Hoy traemos un tema muy interesante para
compartir con ustedes, en este Viernes, vamos a hablar sobre las funciones de un triagista, la
canalización de sus emociones y las herramientas que utilizan para sostener y
mejorar la calidad de atención.
Tanto los desastres naturales, como
aquellos que son provocados por el hombre, representan un grave problema para
la sociedad, debido a su inesperada e imprevista llegada. En estas situaciones
el triagista deberá volcar su capacidad tanto intelectual como emocional para
lograr su objetivo principal, SALVAR LA MAYOR CANTIDAD DE VIDAS, no agravar la
problemática y resolver la situación, en el menor tiempo posible.
El triagista es la persona encargada de realizar el proceso de
clasificación según la gravedad de lesiones y posibilidad de sobrevida de los
pacientes frente a un incidente con víctimas en masa, utilizando los recursos
disponibles de forma adecuada.
Su propósito es seleccionar al paciente,
según su estado de gravedad (entre aquellos que deben recibir atención
inmediata, los que pueden esperar y quienes salieron ilesos).
Un enfermero, debido a sus conocimientos y
con el entrenamiento correspondiente, tiene todas las posibilidades de ser la
persona encargada de ocupar este rol.
El triagista debe tener la capacidad de
gestionar sus emociones y concentrarse en el objetivo principal, ya que se
encontrará inmerso en una situación muy compleja y estresante, con un número de
víctimas elevado, en donde cada segundo cuenta de manera significativa.
¡El tiempo deberá optimizarse para salvar
el mayor número de vidas posible!
Está capacidad de GESTIONAR EMOCIONES es
fundamental, ya que es el encargado de decidir quién deberá recibir atención
sanitaria primero y quien posiblemente no llegará a recibirla.
El triagista debe ser personal capacitado
en salud, con las habilidades necesarias para identificar situaciones de riesgo
vital. Para ésto, contará con una herramienta fundamental, el “triage".
Se trata de una clasificación por colores,
donde se diferencia a víctimas que requieran una atención inmediata de aquellas
que puedan esperar.
Rojo: Riesgo de vida, requiere atención
inmediata.
Amarillo: Riesgo potencial de vida, puede
esperar hasta 45 minutos.
Negro: Situación donde las posibilidades de
vida son nulas.
Verde: No hay compromiso vital, requiere
revisión médica, pero puede esperar.
Debriefing
Una vez finalizada su intervención, tras la
atención de la emergencia, puede existir en el triagista a nivel personal, una
serie de emociones y pensamientos, que podrían ser resumidos en una sola
pregunta ¿Actúe de forma correcta?
Para esto existe el DEBRIEFING.
Se trata de una reunión cuyo propósito
consiste en la retroalimentación del personal interviniente en la emergencia, a
fin de tratar en profundidad los sucesos y los posibles traumas emocionales
generados durante la experiencia; creando reflexiones y pensamientos a nivel
grupal e individual, lo que contribuirá a mejorar la calidad de atención y
facilitará la gestión de emociones.
No se trata de una terapia grupal, más bien
es una estrategia de prevención secundaria.
ACTIVIDADES LLEVADAS A CABO EN EL
DEBRIEFING
- Determinar objetivos.
- Explicación de los hechos, por parte de
cada miembro.
- Descripción de lo que cada uno vio,
escuchó y qué pensamientos tuvo respecto a eso.
- Se habla sobre las reacciones que cada
uno tuvo y cuáles fueron sus peores experiencias.
- Qué síntomas de estrés surgieron luego
del incidente y cuáles son los actuales.
- Identificar los mecanismos de
afrontamiento de cada uno y que enseñanza les dejo lo vivido.
-
También se ofrece la posibilidad de apoyo adicional.
Con esta nota pretendemos remarcar la
importancia y el compromiso que se asume al desarrollar está tarea; y destacar
que se trata de uno de los campos de acción POCO CONOCIDOS de la enfermería,
donde se manejan todo tipo de emociones y donde se pueden presentar
innumerables situaciones problemáticas que hay que resolver en escaso tiempo y
con recursos limitados.
¡Siempre con compromiso y responsabilidad!
Saber reconocer, asumir y trabajar las limitaciones personales, es parte de
ello.
“Por
amor a la profesión, y sobre todo, siempre con empatía y compasión.”
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