Pérdida y superación

  ¡Hola queridos lectores! En esta oportunidad vamos a hablar de un tema muy frecuente, que puede suceder en los distintos momentos de la vida, sin distinguir sexo ni edad.

 En este caso nos referimos a la pérdida de una de nuestras extremidades de forma parcial o total y posibles cambios que, se producen en el ser humano al transitar una discapacidad como esta.

 La amputación es la separación de un miembro o un segmento de nuestro cuerpo por causas de naturaleza congénita o adquirida.

 Hablamos de dos posibles causas, congénitas o adquiridas, en el primer caso podemos manifestar que se deben a patologías que se desarrollan en el período de gestación del individuo y que nace con el, en el segundo de los casos pueden estar dadas por desórdenes vasculares como :

● diabetes

● arteriosclerosis

● traumatismos

● accidentes graves

● agentes infecciosos como virus o bacterias y tumores.

 Según el Ministerio de Salud de la nación “La amputación de miembros inferiores es 3 veces más frecuente que la de miembros superiores. El 90% de los amputados de la extremidad inferior es mayor de 70 años, la mayoría se debe a arteriosclerosis y a complicaciones de diabetes.”

 El rol que cumple enfermería en todo este proceso es fundamental, ya que en la etapa pre quirúrgica se debe reducir el temor del paciente y la familia, a través de información clara y precisa acerca del tipo de cirugía, características de la misma y posterior rehabilitación.

 En la etapa postquirúrgica los objetivos serán disminuir el dolor y edema. Enfermería evaluará estado de la piel, tipo de vendaje realizado, dependiendo de qué vendaje haya considerado más correcto el médico, enfermería deberá realizar el cambiado del mismo frecuentemente incluyendo su higiene y valoración del estado de la piel para evitar posibles infecciones.

Muchas veces el médico necesita realizar esta práctica cuando los pacientes son diagnosticados con un parte médico negativo, en donde se compromete la vida del paciente, no siendo una decisión nuestra, sino de la vida y nuestro cuerpo.

¿Cómo afecta psicológicamente transitar una amputación?

 Posterior a la amputación la persona experimenta diferentes sentimientos, atraviesa distintas etapas. La negación es frecuente al comienzo y más esperada en los pacientes a los cuáles fueron sometidos a ésta práctica de forma inesperada, el enojo se produce al no entender la situación y debido a la posible adaptación que se debe realizar a la vida cotidiana; es frecuente también que debido a esto culpen a su entorno más próximo debido a lo ocurrido, la depresión es un hecho ya que muchas personas que atraviesan esta situación es tal la carga emocional que deben afrontar que simplemente caen en un profundo sentimiento de tristeza es por eso que el apoyo por parte de profesionales en salud y por sobre todo de la familia y amigos es de suma importancia, en última instancia la aceptación sobreviene cuando la persona luego de su rehabilitación y del apoyo recibido a aceptado su nueva realidad pudiendo adaptarse adecuadamente a su nueva vida.

 Siguiendo la misma pregunta realizada al principio, podemos destacar también lo que se conoce como “dolor fantasma”. Posterior a la cirugía los pacientes suelen referir que aún pueden sentir su extremidad faltante, suelen percibir que su miembro aún está ahí y sentir dolor o un sentimiento desagradable, esto se lo conoce como “dolor fantasma” y es muy frecuente en la mayoría de los pacientes. Esta condición ha sido muy estudiada por los profesionales aunque aún no se conoce con determinación porque ocurre.

 Hablemos sobre la aceptación y esperanza ante esta situación.

Si bien no es fácil aceptar la pérdida de una parte de nosotros y recomenzar con la vida cotidiana, es importante que todo nuestro vínculo familiar y nuestros enfermeros, estén sumamente comprometidos tanto en nuestro cuidado y acompañamiento de un paciente para comenzar una nueva vida física, psicológica y social .

También es fundamental, que a pesar de la situación por la que pasé la persona, esto no sea tomado como un impedimento a la hora de proyectar planes a futuros o cualquier tipo de actividad que quisiera realizarse de acuerdo al grado de la lesión.

 Al principio cuando se toma conocimiento de la noticia resulta evidente que será tomado como un hecho para nada agradable y llegando al punto de resultar traumático debido a que se llega a pensar en que “todo termino”, pensamientos como “nada será igual", “mí vida ha terminado" son recurrentes en la mente de las personas.

 Es un hecho que la familia debe prestar apoyo incondicional para que la situación pueda ser lo más llevadera y menos traumática posible, mostrando que no es el fin de nada y mucho menos de la vida en sí, se deberá realizar una adaptación especial a la vida, ¡sí! Pero no es un inconveniente para disfrutar de la vida cotidiana tal como la conocemos normalmente. 



“Por amor a la profesión y, sobre todo, siempre con empatía y compasión”


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