“Mi visión sobre la pandemia”



 Hola gente amiga! Espero tengan el mejor de los días... Hoy queremos acercarles una carta que nos hizo llegar un asiduo lector de este maravilloso blog, él es de la ciudad de San Nicolás de los Arroyos y padre de una alumna de 3er año de Enfermería integrante de esta misiva!! 

Juan José Manganaro quien cuenta su experiencia en primera persona, en ella detalla, cómo vivió el comienzo de esta pandemia cuando todavía no habían salido las vacunas y cuenta cómo sigue adelante, aprendiendo y ayornándose todos los días con los cuidados necesarios. Queremos destacar, que esta carta no tiene desperdicio, cada detalle, palabra y consejo cuenta, para que sigamos adelante y pensemos cuán importante es ser resiliente en esta situación.

“MI VISIÓN SOBRE LA PANDEMIA" 

Como ciudadano común, de profesión electricista, con más de 50 años de trabajo en diversas actividades, puedo decir desde mi punto de vista, que esta pandemia que azota a toda la humanidad, es lo más triste, desolador y espantosa situación que nos toca enfrentar.

Esta situación ha puesto al desnudo la realidad de cuan débiles somos los seres humanos, que todo lo que " brilla en el mundo no es oro " y que lamentablemente, no solo en Argentina, sino en muchos países, las clases dirigentes no parecen estar a la altura de las circunstancias.

Esta pandemia no solo vino a terminar con nuestras vidas, sino que nos cambió todos los estilos de vida, todos los parámetros de referencia, para estudiar, trabajar, fabricar, atender la salud, la economía y la vida diaria de todas las personas.

No sabemos a ciencia cierta en relación a la salud, como está la situación, si hay vacunas o no las hay, si la información que recibimos diariamente es fidedigna o no. Muchas familias ante el cierre de empresas, comercios o fábricas no saben si van a comer hoy o no, mucho menos poder comprar medicamentos o no, todo parece estar funcionando como " el mundo al revés”.

Pero por suerte hay un gran equipo  de personal de salud. Con un gran potencial, que está enfrentando día a día esta pandemia, como una guerra cuerpo a cuerpo, por ahora sin final. Todo es muy triste y desgarrador, se atiende a los pacientes a veces con insumos, a veces sin nada, algunos en habitaciones o U.T.I., otros dónde se puede.

Muchas veces lloro cuando me entero que personal de salud (médicos, enfermeros, camilleros, choferes de ambulancia) o personal de maestranza pierde la vida.

A esta altura he perdido algunos amigos, vecinos, compañeros de trabajo, o escucho que fallece gente mayor que no fue vacunada. Y por otro lado se vacunan sin tener turno a gente más jóven que todavía no le correspondía.

En fin, confío plenamente en científicos, investigadores, inmunólogos, para que poco a poco con las vacunas que van elaborando y llegando al país, podamos salir adelante.

Eso sí, creo que toda situación irregular que ponga en riesgo la vida de las personas debe ser denunciada, ya que es un esfuerzo grandioso, sin precedentes y con todos los riesgos el trabajo que realiza las 24 horas el personal de salud y todo el entorno que hace que toda esta tarea se pueda realizar.

Un párrafo aparte merece el personal de cementerios, crematorios y de traslados que no solo a veces no dan abasto con su tarea, sino que al igual que todas las personas se ven desbordadas emocionalmente. Y los cuales no cuentan con los insumos necesarios.

En cuanto a lo emocional, podría escribir sobre decenas de situaciones sin solución de continuidad, pero más allá de las distintas religiones, el refugio en lo espiritual es para quienes somos creyentes el mayor respaldo para poder agradecer, pedir, por familiares, amigos, compañeros y por todo el mundo que sufre situaciones impensadas por esta pandemia:

- El encierro.

- El no poder juntarse con seres queridos.

- No poder moverse de un lado a otro de manera normal.

- No poder cuidar a enfermos.

- No poder despedir al momento de la muerte a un ser querido (padre, madre, hijos, familiares cercanos o amigos), en muchos casos ni siquiera verlos.

- No poder trabajar.

- Ver fundirse negocios que llevaron toda la vida construir.

- No poder abrazar a quienes queremos etc, etc, etc.

QUE PODEMOS HACER:

1) Cuidarnos con todo lo que ya sabemos, higiene de manos, elementos diarios, barbijo y distancia social.

2) Armonizar los ambientes donde estamos; manifestar más tolerancia y amor por el otro, en nuestra casa, en el trabajo, entre compañeros de estudio. Nadie sabe cómo la está pasando el otro, si tiene para comer, si hay algún familiar contagiado, si está solo y no sabe qué hacer. Creo que en esta situación debemos ser más que solidarios y ayudarnos unos con otros a estar mejor. Llamarnos por teléfono: "¿Hola cómo estás?" ¿necesitas algo?, ¿tenés todos los apuntes?. Si te piden en la calle, entregá lo que puedas, vos al llegar a tu casa seguramente podrás comer, quien te pidió, quizás no.

En conclusión, Dios mediante creo firmemente que vamos a superar esta situación y serán los jóvenes quienes deberán prepararse bien para el nuevo estilo de vida que parece proyectarse.


 

 

Estamos muy agradecidos con Juan José Manganaro  por el aporte brindado. Gracias por las herramientas destacadas y por el hermoso mensaje que nos deja para el día de mañana para el nuevo estilo de vida venidera.

 

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