No es un estado, es un proceso...DUELO
¡Hola queridos lectores! Nuevamente les compartimos otra de
nuestras notas, para disfrutar, complacerse emocionalmente a ésta
interpretación, ya citado con anterioridad, pero está vez con una mirada a
nivel general; hoy hacemos hincapié a un proceso tan peculiar en nuestras
vidas, siendo tan difícil de poder superar correctamente; como es el
"DUELO", lo cual creemos muy asertivo volver a trabajarlo. Ya que se
presenta reiteradas veces, en cada momento o circunstancia de nuestra vida, y
en esta profesión. Es inevitable atravesar por ese “Golpe de Emociones”, en
reiteradas ocasiones podemos escuchar por parte de la persona, proclamar como
los “Golpes de la Vida”. No solo se nos va a presentar de la “mano con la
muerte”, sino que en diversos contextos de pérdidas.
El duelo es un proceso, de adaptación emocional, a una
pérdida significativa en la vida de una persona. No solo la pérdida de un ser querido, sino
que puede ser un duelo por la pérdida del cuerpo infantil, cuando el
adolescente "sufre" de alguna manera esos cambios rápidos e intenta
tener ese cuerpo socialmente "ideal"; otro tipo de duelo puede ser
cuando una persona se queda sin trabajo, donde debe adaptarse a esa situación y
hacer este proceso de manera natural, para poder continuar con su vida.
Para que la persona pueda llevar a cabo este proceso, debe
pasar por una serie de etapas, las cuales, ya han sido mencionadas en notas
previas, pero reanudamos aludir, nombrar dichos procesos por el cual se atraviesa :
● NEGACIÓN.
● IRA
● NEGOCIACIÓN.
● DEPRESIÓN.
● ACEPTACIÓN.
Estos estados emocionales, van a depender según el duelo
que haga cada persona, es decir, puede atravesar todas los ciclos o solo alguno
de ellos. Por ejemplo hay personas que dicen aceptar ese duelo, pero continúan
en ese lapso de negociación y depresión, intentando cada día , hacer un
"trato", para volver a su estado habitual, pero continúan viviendo
con esa incertidumbre , buscando
culpables, o en algunos casos culpándose a sí mismos; en este proceso cuando el
duelo es por mucho tiempo y la persona no logra afrontar esta situación, de
manera natural, se lo puede denominar DUELO PATOLÓGICO, se da mayormente por la
pérdida de un ser querido por fallecimiento, la duración de este tipo de duelo,
va a variar según el estado emocional, psíquico y físico de la persona, incluso
puede durar años. Algunos síntomas que lo determinan, son:
● Tener sentimientos de culpa de manera reiterada;
●Preocuparse de no ser capaz de rehacer su vida, sin ese ser querido,
●Pensar de manera recurrente que tendría que haber sido él, el muerto y
no la otra persona;
●Sensación de escuchar la voz, o imagen de la persona fallecida, que
pueden ser normales, durante este proceso de duelo.
●Deterioro Funcional, como no poder realizar actividades cotidianas de
la vida.
Ante estos duelos patológicos, cuando continúan afectando o
incluso empeorando la salud mental y física, es necesario buscar ayuda
terapéutica, para poder identificar y reconocer esos sentimientos, afrontar
dicha situación con ayuda del profesional y lograr así una recuperación
completa de la persona, proponiéndole nuevas actividades, metas para una vida
sana.
Más allá de que cada doliente enfrenta este proceso de
manera diferente, normalmente, un duelo no dura más de un año, y lo importante
es lograr que el tenga un final y la persona pueda retomar su vida habitual.
Como conclusión, es necesario remarcar que, el duelo es una
experiencia necesaria, y un proceso normal, para lograr una readaptación a las
circunstancias habituales. La persona
debe tomarse el tiempo necesario para canalizar sus emociones y superar esa
pérdida sanamente. En caso contrario se volverá patológico, y el sufriente
quedará estancado en una de las etapas, sin poder procesar el duelo. El dolor puede seguir presente, pero la persona
debe asimilar y comprender esa pérdida, para realizar una mirada hacia lo
personal y poder encontrar el camino hacia la superación, ante una pérdida.
Cabe destacar que como enfermeros, no solo debemos acompañar al paciente y
familiares ante un duelo, sino que además aliviar ese dolor y lograr un
ambiente lo más cálido posible.
Por amor a la profesión y, sobre todo, siempre con empatía
y compasión.
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