Estudiantes en tiempo de pandemia…




Cuando se habla de estudiantes en tiempo de pandemia, la mayoría de las personas automáticamente piensan en lo fácil y bueno que es tener la posibilidad de estudiar desde la comodidad de la casa, pero, por el contrario, en la realidad es totalmente lo opuesto, ya que al dictarse las clases de forma virtual no todos los estudiantes tienen la posibilidad de acceder a un dispositivo multimedia, a conectarse a una red de internet o simplemente tener en su casa un espacio privado y tranquilo en donde puedan transcurrir sus clases. Además de ello, sumamos que muchas personas tienen que dividirse entre trabajar, estudiar, atender la casa y familia… la virtualidad no es, en realidad, tan sencilla y linda como lo parece.


Si bien la tecnología está, hoy en día, más presente en todos los aspectos de nuestra vida y es imprescindible aprender a utilizarla, estamos acostumbrados a otro tipo de aprendizaje.


En nuestra carrera de enfermería, es tan importante el contacto con nuestros pares como con los pacientes, y el no poder realizarlo nos genera estrés, ansiedad, desinterés, miedo, hasta desgano porque no es lo mismo aprender desde la presencialidad (el intercambio e interacción entre profesor y alumno que se genera), que conjeturar en lo virtual sentado tantas horas detrás de una pantalla en una casa con los hijos, familiares, mascotas o solos, sin el contacto físico y visual con docentes y compañeros, o de compartir algo en el aula… una mirada, una sonrisa, un mate.


Tuvimos que amoldarnos a una forma de aprendizaje a la que no estamos acostumbrados, pero es bueno saber que, si bien nos tocó cursar una educación atípica, nos quedan muchas enseñanzas. El mundo dio un cambio rotundo y modificó nuestra modalidad de vida, en todos los sentidos; hoy, aprendiendo desde casa, no sólo presenciamos las clases nosotros, sino todos aquellos con quienes convivimos, dando la posibilidad de que ellos formen parte de nuestra formación profesional, abriendo puertas al debate y al conocimiento; además, debemos reconocer que gracias a la tecnología y aplicaciones con las que contamos actualmente (WhatsApp, Zoom, Classroom, Meet, etc) nos brindan la posibilidad de tener una continuidad pedagógica, situaciónque no hubiera sido posible llevar a cabo en antaño.


Por ello, para lograr aprovechar al máximo ésta posibilidad, disminuir los efectos y pensamientos negativos y evitar estresarnos, podemos valernos de diferentes herramientas, tales como crear una nueva rutina; establecer un cronograma en donde se organicen las diferentes actividades; adecuar y ambientar un lugar de la vivienda que brinde tranquilidad y privacidad; determinar objetivos a largo plazo y objetivos diarios, alcanzables y medibles los cuales una vez cumplidos nos darán una cierta cuota de satisfacción; también podemos involucrar a nuestros familiares o convivientes en las actividades educativas, y por cierto, debemos asegurarnos de descansar periódicamente y realizar alguna actividad física o tarea recreativa que nos ayude a reducir las tensiones y mejorar nuestro ánimo.


¡A seguir siempre para adelante, a no rendirse! Por amor a la profesión, y, sobre todo, siempre con empatía y compasión.



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