Gestión de emociones.

 


¡Hola a todos nuestros lectores! Les damos la bienvenida a una nueva entrada de nuestro blog. Hoy les queremos hacer un acercamiento a la gestión de emociones, uno de los objetivos planteados cuando encaramos este proyecto. Vamos a comenzar nombrando las siete emociones básicas que todos los seres humanos experimentamos, ellas son: la sorpresa, la tristeza, el desprecio, el miedo, la ira, la alegría y el asco. La profesión de enfermería está muy arraigada a las emociones y la capacidad de poder gestionarlas. La relación enfermero-paciente puede causar consecuencias de tipo emocional, ya que el arte de cuidar requiere de habilidades, reacciones, conocimientos, actitudes y, como antes se dijo, también trae consigo, las emociones. Todo este combo influye de forma negativa o positiva en los cuidados que proporciona la enfermería. Brindar un eficaz cuidado emocional a nuestros pacientes va a lograr en ellos una sensación de bienestar.

Sin explayarnos demasiado en consideraciones generales, vamos a profundizar un poco más sobre ellas, las emociones, para qué sirven y cómo aprender a controlarlas de una manera efectiva.  

Seguramente se preguntan ¿Qué son las emociones? Ellas son una alteración del ánimo, son consecuencias de diferentes situaciones que se nos presentan en la vida, de experiencias, aunque también puede ser de carácter innato. Estas mismas, tienen el poder de influir en nuestro pensar, así como también en nuestro comportamiento. A lo largo del día, los seres humanos, sentimos y experimentamos una serie de diferentes emociones. Es de suma importancia saber reconocerlas y manejarlas, ya que éstas traen consigo un propósito, que es el ayudarnos a descifrar nuestro estado de ánimo y saber entenderlo para beneficio propio y el de nuestro bienestar. El hecho de poder identificarlas, trabajarlas y sentirlas, va a ayudar a facilitar su gestión, por lo tanto no debemos reprimirlas o evitarlas, que justamente es lo que generalmente se hace en público. Ellas nos ayudan a crecer, sentir, reflexionar, revolucionar, pensar, escuchar, actuar, entre otras cosas y, muy importante también, cada una tiene su misión y debemos respetarla, ya que de lo contrario nos van a generar un malestar que no es agradable para nosotros. Por ejemplo, si nos dan una mala noticia que nos genera tristeza, no nos vamos a quedar llorando refugiados en nuestro cuarto, sino que vamos a hacerle frente a la situación, haciendo algo productivo para ayudarnos a sentirnos mejor.

Ahora vamos a nombrar una serie de puntos que nos van a orientar en como podemos aprender a gestionar nuestras emociones:

·         Reconocer nuestras virtudes, pero también nuestras limitaciones.

·         Recordar nuestras metas y éxitos.

·         Ocupar nuestra mente y atención en algo concreto.

·         Pensar en nuestro futuro y las cosas que queremos lograr en él.

·         Meditación.

·         Volcar por escrito nuestras emociones y lo que nos generan. Utilizar otros medios, como por ejemplo la pintura.

·         Tratar de identificar el motivo y la causa de ellas.

·         Aprender a regularlas, es decir, encontrar el motivo por el cuál apareció para poder trabajarlo y tomar decisiones para adaptarnos o mejorar la situación.

·         Expresión emocional. No reprimirlas o evitarlas. Permitirnos sentirlas.

·         Reconocer y aceptar cada una de nuestras emociones.

Empecemos ahora a gestionarlas y trabajarlas, una buena y efectiva forma de hacerlo, es preguntarnos cada día, especialmente al término de cada uno, ¿Cómo me sentí hoy? ¿Cómo puedo ayudarme? ¿Qué cosas me generan? ¿Puedo de ésta forma aportar a mi bienestar? Y si no ¿Cómo puedo hacerlo? es decir, de alguna forma aprender a convivir con ellas, nuestras emociones, dejarlas fluir, aceptarlas, no reprimirlas, trabajarlas y aprender de cada una de ellas, ya que consigo todas tren un propósito.

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