La realidad actual de la enfermería.

 

     Uno de los tantos problemas que se pueden observar en los sistemas sanitarios de la mayoría de los países radica en el insuficiente número de profesionales de enfermería. Los criterios de la OMS/OPS establecen como proporción ideal 8 enfermeros/as por cada mil habitantes, siendo esa relación en nuestro país de 3,8/10000 habitantes según las últimas estimaciones. Estos números reflejan la alarmante situación en la que se encuentra uno de los sectores que se encarga del cuidado de la vida de todas las personas, convirtiéndose de esta manera en una problemática que debería preocupar a toda la población en su conjunto.

     Como futuros profesionales de enfermería nos propusimos investigar las  posibles causas de esta desproporción adversa y deficitaria por la que atraviesa la profesión y descubrimos que los motivos se diversifican y varían de acuerdo a los distintos enfoques de abordaje de dicha problemática. Históricamente la profesión de enfermería soporta sobre sus espaldas el estigma de una imagen estereotipada, poco valorada socialmente y muy asociada al género femenino; este marketing desvalorizado ha hecho mella en la etapa decisoria de los jóvenes al elegir una carrera. Otro inconveniente estriba en la deserción durante la etapa de formación que en el año 2016 se ubicó en un 80%, es decir, por cada 10 ingresantes sólo se recibieron 2 (este apartado merece un tratamiento exclusivo y necesario). Ya adentrándonos en el campo laboral las dificultades se multiplican exponencialmente y no se circunscriben únicamente a la enfermería, sino que atraviesan de lleno a todo el sector salud:

 

  • Salarios bajos
  • Pluriempleo
  • Falta de recursos
  • Sobrecarga laboral
  • Escasa formación y capacitación continuas
  • Prevalencia del paradigma médico-hegemónico

 

     Todos estos factores inciden directamente en el aumento del ausentismo afectando aún más la dinámica laboral grupal y el desempeño particular de los enfermeros/as al repercutir en la salud mental de los mismos. No es casualidad el gran número de profesionales de la salud que sufren del síndrome de Burnout a causa del stress, caracterizado por agotamiento físico, emocional o mental que tiene consecuencias en la autoestima, la pérdida del interés por las tareas y del sentido de responsabilidad, pudiendo provocar profundas depresiones. No debemos ignorar la dimensión ética que adquiere esta situación al producir una disminución en la calidad de cuidados y atención de los pacientes.


     Es verdad que desde la esfera política ya se han tomado decisiones tendientes a revertir la situación (Programa Nacional de Formación de Enfermería en el año 2016), pero por el momento no se visualizan resultados esperanzadores.

     Conociendo con cierta profundidad la multiplicidad de factores y variables intervinientes en esta paupérrima realidad, sentimos la imperiosa necesidad de realizar nuestro humilde aporte desde el lugar de enfermeros/as en formación para colaborar en el intento por revalorizar y cuidar la profesión y a los profesionales. En ese sentido, paralelamente a numerosas acciones posibles, nos resulta primordial abordar este dilema desde una óptica lamentablemente no difundida adecuadamente, pero no por ello menos importante, y que no es otra cosa que el cuidado de quienes nos cuidan. Y no es una redundancia, es una necesidad.

     Es una responsabilidad a asumir por parte de todos los implicados en la formación y en la coordinación de enfermeros/as, el dar a conocer y brindar las herramientas necesarias en favor de la práctica del auto-cuidado por parte de los mismos, así como se hace menester por parte de éstos la incorporación de hábitos saludables conducentes a tal fin. Hay mucho camino por recorrer en esta dirección y es el que hemos decidido tomar desde la posición en la que hoy nos elegimos estar, la de futuros enfermeros/as. Por todo lo expuesto, asumimos el compromiso de echar mano a todas las herramientas disponibles para lograr la mejor formación en todos los aspectos concernientes a la enfermería y, así, poder brindar los mejores cuidados posibles a nuestros futuros pacientes. Como parte de este compromiso es también que llevamos adelante este blog, no sólo para aumentar el caudal de conocimientos, sino también para colaborar en la identificación de la vocación posiblemente aún no descubierta por nuestros lectores y que bien podría ser la de dispensar cuidados a quienes lo necesiten. La situación actual puso de manifiesto el déficit en cuanto al número de enfermeros/as en nuestro país y en la región. Nos propusimos humildemente intentar derribar los mitos y prejuicios que históricamente ha padecido la profesión de enfermería, quizás sea uno de los pasos iniciales posibles para revertir los aspectos adversos que debilitan esta hermosa y humana vocación. Quedan pendientes para nuestra próxima entrada los motivos por los cuales decidimos ser enfermeros/as ¡Los esperamos!

 


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