Beneficiar nuestra salud y estado de ánimo a través de la música.
En la entrada anterior hablamos de la importancia de la higiene mental en el personal de salud, más específicamente de enfermería. Entre varias recomendaciones hechas, estaba la de aprender a relajarnos (recomendamos leer la entrada sobre técnicas de relajación https://isft38-cuidarse-es-cuidar.blogspot.com/2020/09/la-importancia-de-las-tecnicas-de.html), por este motivo, para esta ocasión elegimos hablarles de las formas en que la música puede influir de manera beneficiosa en nuestra salud y estado de ánimo. Quizás recurrir a esta clase de terapias puede funcionar como una herramienta más en la búsqueda del autocuidado de los profesionales de enfermería, incluso podría formar parte de las recomendaciones sobre distintas alternativas terapéuticas para los pacientes que podrían necesitarlas.
Según la
definición de la Real Academia Española (RAE), la música “es el arte de
combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, o de unos y otros
a la vez, de suerte que produzcan deleite, conmoviendo la sensibilidad, ya sea
alegre o tristemente”.
Frederic Sesé
Sabartes, licenciado en historia del arte, en su libro La música y su evolución,
comenta que, en la época barroca, la afición de unir la música con los estados
anímicos fue muy importante para determinar la conexión que se establece entre
ambos. Formularon la doctrina de los afectos, que establecía las bases con las
cuales representar en música las pasiones y los sentimientos. Para expresar
alegría se usaba el modo mayor, la consonancia, el registro agudo y el tiempo
rápido (allegro). Para representar la tristeza, el modo menor, la disonancia,
el registro grave y el tiempo lento (largo o adagio). Esta expresión sonora,
bastante compleja, parece ser una de las formas más antiguas, prevalecientes y
universales de comunicación humana.
La música va a
adquirir diferentes significados y singularidades dependiendo de quién sea la
persona que la escucha. Para el poeta, dramaturgo y novelista romántico francés,
Víctor Hugo, “la música expresa aquello que no puede decirse con palabras, pero
no puede permanecer en silencio”
Es importante
aclarar que, la música, como algo propio de la ocupación humana, sirve como
herramienta y como recurso de salud en diversos escenarios, tanto de la
comunidad como de salud mental, geriátricos y centros terapéuticos, entre
otros; su incorporación no consiste en abordarla desde un marco músico terapéutico,
ya que la música en sí misma y de manera absoluta favorece el desarrollo de
espacios armónicos de convivencia, el bienestar y la relajación en general, y
es un eficiente y potente medio social. No obstante, cuando la musicoterapia es
abordada e incorporada como tal, la música es comprendida y utilizada desde la
identificación de sus componentes (sonido, ritmo, melodía, armonía e incluso el
silencio) y se establece un encuadre músico terapéutico que incluye en su
conformación estructural: la derivación (ética de competencia), evaluación, el
establecimiento de objetivos o metas, el uso de métodos terapéuticos de acuerdo
al contexto y un setting instrumental básico, generando instancias de compartir
la experiencia, así como el establecer una relación musical y de vinculación
individual o grupal, con límites terapéuticos bien claros y definidos [1].
Debemos tener en
cuenta que la musicoterapia es una carrera de grado que se dicta en nuestro
país, por lo que todo lo detallado en el párrafo anterior debe ser coordinado y
llevado a cabo por un profesional formado y calificado en la especialidad que sostiene
y conduce el proceso músico terapéutico. La musicoterapia no considera que la
música por si sola puede curar; no existen recetas musicales para sentirse
mejor, como tampoco se puede emplear un mismo tratamiento para dos casos
porque, al trabajar con la singularidad, cada abordaje es diferente para cada
caso.
A continuación,
queremos compartirles unos tips saludables en relación a la música a la música:
1.
La música puede regular los latidos del corazón y disminuir
la frecuencia respiratoria, para lo que puedes elegir una canción que te genere
tranquilidad.
2. La música puede intensificar tus
emociones, prolongar o cambiar tu estado de ánimo. Escoge tu música a
conciencia.
3. Viaja a través del tiempo. Busca una
canción importante de tu infancia, adolescencia o adultez y concéntrate en los
recuerdos que te evocan.
4. Cantar ayuda a mejorar tu patrón
respiratorio y tu estado de ánimo y es buen plan para compartir con tu familia
y a amigos ¡anímate a cantar! Cantar para sacar energía.
5.
Sigue el ritmo de tu música favorita con las manos, los pies
o bailando, ayudará a mejorar tu atención, movilidad y coordinación.
[1] Marcelo C. Miranda, Departamento Neurología,
Clínica Las Condes
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