La importancia de las técnicas de relajación.

 


    
     

     ¡Según el momento que nos lean, les deseamos que tengan buen día, buenas tardes o buenas noches, estimados lectores!  Entendemos que debido al extraordinario momento que estamos pasando a causa de la pandemia, la rutina y la vida han tomado un curso al que quizás no estábamos acostumbrados, generándonos agotamiento, incertidumbre, cansancio, estrés, por eso en esta oportunidad nos interesaría hablarles sobre el beneficio de desarrollar y/o aprender técnicas de relajación.

     Las técnicas de relajación son de gran ayuda en el intento de controlar el estrés. La relajación no se limita a obtener un estado de tranquilidad o al disfrute que se consigue con un pasatiempo, sino que constituye un proceso que otorga beneficios a quien ejercita estas técnicas disminuyendo las consecuencias negativas y los efectos que el estrés provoca en nuestro cuerpo y en la mente. Estas técnicas pueden proporcionar herramientas para combatir el estrés diario, estrés que incluso puede derivar de distintos problemas de salud y hasta del dolor.

     La Clínica Mayo, prestigiosa entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, asegura que los profesionales de la salud, los especialistas en medicina complementaria, los psicoterapeutas y los estudiantes podemos enseñar varias técnicas de relajación. El interrogante es: ¿Cuándo las necesitamos, las ponemos en prácticas? ¿Nos dedicamos un momento de auto cuidado, o sólo acostumbramos a cuidar a los demás? ¿Será que rige el refrán haz lo que yo digo, y no lo que yo hago? Preguntas que nos invitan a reflexionar.

     Las técnicas de relajación, por lo generar, consisten en dirigir y centrar nuestra atención en cosas o situaciones relajantes y en el aumento del autoconocimiento corporal. Existen muchas técnicas y todas ellas son muy beneficiosas, por lo que no deberíamos preocuparnos por cual decidamos practicar, sino que la importancia radica en decidirnos por alguna y practicarla regularmente para obtener sus beneficios cuanto antes.

     A continuación, les presentamos algunos tipos de técnicas de relajación [1]:

  • Relajación autógena: Significa 'que proviene de tu interior'. En esta técnica de relajación, usamos tanto las imágenes visuales como la conciencia corporal para reducir el estrés. Repetimos palabras o recomendaciones en nuestra mente que nos pueden ayudar a relajar y a reducir la tensión muscular. Por ejemplo, podemos imaginar un entorno tranquilo y luego concentrarnos en la respiración relajada y controlada, en disminuir la frecuencia cardíaca o en sentir diferentes sensaciones físicas, como relajar cada brazo o pierna, uno por uno [2].
  • Relajación muscular progresiva: En esta técnica de relajación, nos concentraremos en tensar lentamente cada grupo muscular y, luego, relajarlo. Esto nos ayudará a centrarnos en la diferencia entre la tensión y la relajación muscular. Podemos comenzar a tomar más conciencia sobre las sensaciones físicas. En un método de relajación muscular progresiva, comenzamos por tensar y relajar los músculos de los dedos de los pies, y continuamos gradualmente hacia arriba, hacia el cuello y la cabeza. También podemos comenzar por la cabeza y el cuello y continuar el trabajo hacia abajo, hacia los dedos de los pies. Contraer los músculos durante unos cinco segundos y, luego, relájalos durante 30 segundos, y repetir [3].
  • Visualización: En esta técnica de relajación, podemos formar imágenes mentales para hacer un recorrido visual hacia un lugar o una situación pacífica y tranquila. Para relajarnos con la visualización, intentamos incorporar tantos sentidos como podemos, como el olfato, la vista, el oído y el tacto.  Por ejemplo, si nos imaginamos relajándonos en el océano, pensamos en el olor del agua salada, el sonido de las olas que rompen y la calidez del sol sobre nuestro cuerpo. Es recomendable cerrar los ojos, sentarnos en un lugar tranquilo, aflojar la ropa ajustada y concentrarnos en la respiración. Intentaremos concentrarnos en el presente y tener pensamientos positivos [4].

     Otras técnicas de relajación pueden ser las siguientes [5]:

  • Respiración profunda
  • Masajes
  • Meditación
  • Taichí
  • Yoga
  • Musicoterapia o terapia de arte
  • Aromaterapia
  • Hidroterapia

     Sabemos que las técnicas de relajación requieren de práctica y a medida que las aprendemos podemos comenzar a tomar más conciencia sobre la tensión muscular y otras sensaciones físicas producto del estrés. Una vez que sepamos cómo se siente la respuesta al estrés, podremos hacer un esfuerzo consciente para implementar una técnica de relajación en el momento en el que comenzamos a sentir síntomas de estrés, y esto puede prevenir que el estrés se salga de control.

     Para ir terminando sugerimos recordar siempre que las técnicas de relajación son habilidades y que nuestra capacidad mejorará con la práctica. Seamos paciente con nosotros mismos. No dejemos que el esfuerzo que hacemos para practicar las técnicas de relajación se convierta en otro factor de estrés, sino aprovechemos y disfrutémoslo. 

     Muchas gracias por leernos ¡Los esperamos la próxima semana!

1, 2, 3, 4 y 5 – Fuente: Mayo Foundation for Medical Education and R

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