Reflexión sobre muerte y enfermería en épocas de Covid-19.

 

     En ocasiones nos preguntamos cómo vamos a morir, en otras hasta nos imaginamos nuestro velorio, entierro y alguno que otro refiere preferir la cremación; los más osados imaginan la muerte de sus seres queridos ¿Pero realmente alguien en su pensamiento más singular se preguntó cómo sería su muerte en época de pandemia?


     Nos encontramos frente a una situación donde nos toca hacernos esa y otras miles de preguntas más, sobre todo las personas que se encuentran trabajando en el área salud, luchando cuerpo a cuerpo contra algo desconocido y que ha logrado colapsar a los sistemas de salud de los autodenominados países del “primer mundo”, sumiéndolos en el caos. La pandemia nos ha demostrado que nunca estamos completamente preparados, que tenemos que seguir capacitándonos no sólo como profesionales sino también como seres humanos. Se hace difícil no ponernos en el lugar de las personas que realizan la labor de enfermería, considerando que son ellas quienes están la mayoría de las horas junto al paciente, acompañando, aplicando todos sus conocimientos, investigando y buscando incansablemente la manera de comunicar a los pacientes aislados, porque así están, aislados; muchos también mueren aislados y otros con más suerte, sobreviven; la mejor noticia nos la dan los que vencen este virus, el cual nos vino a demostrar que aún nos queda mucho que aprender.

     Enfermería actualmente busca la forma de comunicar a los pacientes con sus familiares, tanto para seguir su evolución como para, en los casos más tristes, despedirse ¿Cómo lo hace? Virtualmente, como es todo hoy en día; y acá vuelven a surgir muchas preguntas ¿Qué es para ellos, para mí, para vos o para nosotros la muerte? ¿Cómo perciben la idea de la muerte las diferentes personas? Todos necesitamos despedir a nuestros seres amados de diferentes maneras por distintos motivos (culturales, religiosos, sociales, etc.) y que por más que todos o la gran mayoría no podemos evitar sentir tristeza, enojo, rabia, culpa y un sinfín de sentimientos parecidos ante una pérdida significativa, el coronavirus vino a modificar la forma de hacerlo; nos demostró que somos todos iguales, seres humanos; eso es lo que vemos como enfermeros, seres humanos, y respetamos su cultura, religión y todo lo relacionado con ellos. Enfermería debe investigar el qué, cómo y cuándo, pensando en el paciente y en cómo pueden repercutir las acciones en sus seres queridos; imagínense lo contraproducente que podría llegar a pasar si una familia recibe un video de los últimos momentos de vida de un ser querido y lo conservan por tiempo indeterminado, prolongando el dolor y poniendo en riesgo el desarrollo de un proceso de duelo saludable. Enfermería debe contener y es, seguramente, un enfermero/a la última persona que el paciente vea antes de morir. Debemos estar preparados para estas situaciones porque están ocurriendo a cada minuto y son los profesionales de enfermería los encargados de buscar la mejor manera de acompañamiento con diferentes métodos y técnicas. Dejamos una vez más horas de investigación para ayudar en la despedida del ser amado y en la contención en todos los aspectos (bio-psico-social) de la familia, la cual queda con ese sabor amargo, con ese vacío en casa y con la necesidad del último adiós; es en estos momentos donde enfermería aplica todo su conocimiento y, aún más, su corazón, el cual se agiganta de tal manera que logra llegar a lugares inimaginables para proporcionar el mejor cuidado posible. Es acá donde uno se tiene que agrandar, sin egocentrismo, sino agrandarse intelectualmente derrochando todo el conocimiento que vamos adquiriendo, buscando la manera que esta pandemia no nos paralice, que nos impulse a ser mejores profesionales y, sobre todo, buenas personas. La empatía, esa palabra tan bonita, correctamente aplicada, va a ser lo que conforte a una persona a la hora de partir, pero también nos va a ayudar a nosotros mismos a saber que hicimos todo y más por acompañar, cuidar y entender a cada una de las personas que pasan por nuestra vida a través de esta hermosa vocación. Que cuando se diga que los pacientes mueren solos y aislados alguien pueda decir que no, que seguramente siempre tienen a algún enfermero/a acompañándolos hasta el último respiro.

Comentarios

  1. Bella reflexión.. cada una de las palabras movieron mi corazón.. en tiempos de pandemia hace falta eso...conectarse con uno mismo! Sigamos defendiendo nuestros derechos en todo momento.. solo nosotros sabemos la labor que realizamos en esta maravillosa profesión!!!
    Nos moviliza el alma cada vez que recibimos las gracias de los pacientes y familiares, y eso no tiene comparación! Sigamos por este camino lleno de obstáculos que nos hace crecer personal y profesionalmente. Saludos, Evelyn

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  2. Esa es nuestra realidad, siempre estaremos desde el primer llanto del que llega a este mundo hasta el último suspiro del que parte del mismo...

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